Es una noche cualquiera
y yo estoy despierta
sentada a mi mesa
con la ventana abierta.
Ya tengo mis armas,
hoja y tinta fresca,
y quiero cazar palabras
en la noche negra.
Pero las palabras huyen
y nunca se acercan.
Me esquivan dejando
mi hoja desierta.
Miro hacia el cielo
el viento me despeina
y la noche llora
sus lágrimas negras.
Las estrellas huyen
aunque siempre regresan
(la pluma gotea tinta
espesa como la brea)
¡Ya no quiero cazar palabras!
se burlan y me desprecian
Colgada del cielo brilla
una gran luna llena.
Vigila la noche
con mirada atenta
mientras teje sueños
con alas de seda.
Vigila la noche
con mirada atenta
mientras teje sueños
con alas de seda.
Ella nunca duerme
por eso no sueña
Ni tiene deseos
porque siempre los presta
Duerme, luna llena
no tengas vergüenza
(sobre mi hoja vacía
brilla la tinta fresca)
Lunita que mengua,
duerme, hasta que amanezca
(mi frasco ya está vacío
Pero las palabras vuelan)
Yo te prestaré mis sueños
y mis palabras sueltas
(La Luna me mira y sonríe,
sonríe y bosteza)
La noche se apaga
y yo quedo despierta.
No tengo palabras
ni necesitó de ellas.
Con pluma de plata
sobre mi hoja negra
escribe sus sueños
una Luna nueva.
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