jueves, 3 de septiembre de 2015

Nana a la Luna

Es una noche cualquiera 
y yo estoy despierta 
sentada a mi mesa
con la ventana abierta.

Ya tengo mis armas,
hoja y tinta fresca,
y quiero cazar palabras 
en la noche negra. 

Pero las palabras huyen 
y nunca se acercan.
Me esquivan dejando
mi hoja desierta.

Miro hacia el cielo 
el viento me despeina 
y la noche llora
sus lágrimas negras.

Las estrellas huyen 
aunque siempre regresan 
(la pluma gotea tinta
espesa como la brea)

¡Ya no quiero cazar palabras!
se burlan y me desprecian
Colgada del cielo brilla
una gran luna llena.

Vigila la noche
con mirada atenta
mientras teje sueños
con alas de seda.

Ella nunca duerme
por eso no sueña
Ni tiene deseos 
porque siempre los presta

Duerme, luna llena
no tengas vergüenza
(sobre mi hoja vacía 
brilla la tinta fresca)

Lunita que mengua,
duerme, hasta que amanezca
(mi frasco ya está vacío 
Pero las palabras vuelan)

Yo te prestaré mis sueños
y mis palabras sueltas
(La Luna me mira y sonríe,
sonríe y bosteza)

La noche se apaga 
y yo quedo despierta.
No tengo palabras 
ni necesitó de ellas.

Con pluma de plata
sobre mi hoja negra
escribe sus sueños 
una Luna nueva.

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